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En la calle I, entre un garaje de Goodyear y un estacionamiento vacío, se alinean filas de vendedores. El olor de comida flota en el aire y la música suena mientras la gente va de vendedor a vendedor. 

La exposición conocida como, “World’s Worst Expo”, dirigida por Worlds Worst Bodega, muestra música, comida y numerosos vendedores de ropa, que en su mayoría incluye piezas vintage y de segunda mano. La exposición es un mercado que ocurre  cada tercer domingo de cada mes. 

World’s Worst Expo fue creada por los propietarios de World’s Worst Bodega, Jamison Lyons y Casey Man, en 2021, y ha crecido con  más de 170 vendedores de todo California. 

“Nos dimos cuenta de que si podíamos crear esa oportunidad para un nicho de público”, dijo Lyons. “Simplemente hay muchas más oportunidades para mucha gente y es por eso que realmente llegó a este tamaño”.

Lyons dijo que la pareja se conoció cuando vendió a Man su primer par de piezas vintage y agregó que los dos se reunieron más tarde y comenzaron la World’s Worst Bodega. 

Lyons dijo que la exposición World’s Worst comenzó con sólo 15 vendedores y a medida que el evento se hizo más popular, la idea se transformó. Man dijo que querían crear un evento centrado en la ropa vintage y de segunda mano.

“Habría un evento con 200 vendedores, pero sólo cinco de ellos [vendían] ropa, así que pensamos que sería genial crear un espacio donde todos los revendedores se reunieran y tuvieran todo en un solo lugar”, dijo Man.

Kevin Nava, estudiante de tercer año estudiando  fotografía en Sacramento State, dijo que se enteró de la exposición World’s Worst a través de un amigo. 

“No estaba muy seguro de lo que era [The World’s Worst Expo], pero me envió un enlace y al abrirlo me llevó a la página de Instagram”, dijo Nava. “Vi todo lo que tenía The World’s Worst Expo y me pareció muy divertido, así que fui y lo disfruté mucho”.

Nava dijo que ha atendido  cinco veces, afirmando que todo lo que ofrece el mercado es único. 

Dos de los vendedores en el Worlds Worst tienen raíces como estudiantes en Sacramento State: Three Word Thrifts y Deezy Got Heat.

Grant Staples, uno de los tres propietarios de Three Word Thrifts, dirige el negocio con su hermano gemelo y un amigo.

“Mi hermano y yo decíamos: ‘vamos a entrar ahí, a ver si encontramos cosas chulas'”, dijo Staples. “Es más chévere que las cosas nuevas y así es como empezamos en la secundaria”.

Gracias al thrifting, Staples encontró su pasión por las piezas vintage y utiliza Instagram para compartir su aprecio por las piezas que encuentra. Staples, su hermano y su pareja decidieron crear una cuenta de Instagram que lleva seis años de intercambio de ropa vintage.

“Creo que otras personas disfrutarían de lo que hacemos”, continúa Staples. “Les encantaría ver piezas de los años 90 o piezas sólidas de los 80”.

Uno de los encuentros favoritos de Staples fue el de un antiguo surfista de 60 años de Hawai.

“Tenía unas camisetas hawaianas muy chulas, con unos colores muy locos, y eran cosas que nunca se ven”, dijo Staples. “No se puede encontrar ni una sola de esas piezas en otro lugar y pude conseguir 10 piezas sólo de un tipo”.

Staples dijo que todo es cuestión de consistencia. Le resulta fácil vender piezas gracias a sus propios gustos.

“No importa lo que todos los demás piensen al respecto”, dijo Staples. “Pero si crees que es genial, entonces deberías coleccionarlo”.

Darren Sze, estudiante de último año y de matemáticas en Sac State, es el creador de DeezyGotHeat en Instagram y uno de los vendedores recurrentes en la exposición World’s Worst. Sze dijo que lleva atendiendo  al evento desde hace unos dos años. Originario de Nueva York, Sze se mudó a Sacramento cuando tenía 10 años.

“Al crecer, nunca pude comprar mucha ropa”, dijo Sze. “Me decía: ‘oh, puedo conseguir ropa por un precio más bajo y además, ya sabes, tener más ropa para mí'”.

Con el tiempo, Sze creó un Instagram para vender sus productos a sus amigos y, con el tiempo, sus seguidores aumentaron. Dijo que el thrifting era también una forma de distraer su mente de la escuela y de conectarse con nuevas personas. 

“Definitivamente influyó en mi forma de conectar, ya que no hay mucha gente que venda vintage”, dijo Sze. “Es algo raro… es genial hacer nuevas conexiones con gente a la que le gusta la ropa”.

La venta de ropa ayudó  a Sze a desarrollar su sentido del estilo. Tiene como objetivo en el futuro llegar a confeccionar su propia ropa.

“Una vez que empecé a comprar de segunda mano, tuve la oportunidad de probar diferentes tipos de ropa y probar cosas nuevas”, dijo Sze. “[El estilo] para mí no consiste en un uniforme; el estilo consiste en la diversidad de tu ropa. Al vender en estos eventos, conozco a todo tipo de personas que visten de forma diferente y eso ha influido en mi forma de vestir”.